Entrevista en «Ambito» a Gonzalo García-Pelayo
García Pelayo: cineasta indie, gran jugador y algo torero.
El polifacético artista andaluz presenta a partir de hoy un ciclo de sus films en el Teatro San Martín.
García Pelayo. Se verán 10 de sus películas en la Sala Lugones.
Con la celestial visión de una Charo López jovencita empieza hoy en la Sala Lugones del Teatro San Martín un ciclo de 10 películas del andaluz Gonzalo García Pelayo, singular personaje que ha sido productor musical, representante de toreros, comentarista radial, creador del cine softcore español de autor, y hoy es cineasta independiente, viajero incansable y jugador profesional de reconocido éxito en los casinos de medio mundo. Dialogamos con él.
P.: Usted, hijo de jerezano, se ha criado en Sevilla, a la que dedicó, entre otras, “Nueve Sevillas” y “Dejen de prohibir que no alcanzo a desobedecer todo”, incluida en este ciclo. ¿Cómo era la Sevilla de su infancia, y cómo la ve ahora?
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La recuerdo más cerrada, hasta hubo un cardenal que prohibió el baile. Al final del franquismo ya había cambiado mucho, por la presión de una juventud que se aliaba con los viejos flamencos. El gran cambio se dio en 1992, con la Exposición Universal que allí se celebró. Lo de ahora es una prolongación de aquel momento de gran auge.
P.: Entiendo que usted fue apoderado de varios toreros.
G.G.P.: Si, un par de años. Experiencia inolvidable. Ahora sigo con afición a magníficas figuras como el peruano Roca Rey o los sevillanos Pablo Aguado y Morante de la Puebla.
P.: También fue productor musical en tiempos difíciles del gobierno franquista.
G.G.P.: Muchas alegrías me brindaron los 150 discos que produje en esa época. Artistas que han marcado la historia española, como Labordeta, Triana o Luis Eduardo Aute, y chilenos y cubanos como Quilapayún, Inti Illimani, Pablo Milanés, Carlos Puebla o Silvio Rodríguez, pero mis mejores recuerdos son para los discos que hice con la pareja de Olga Manzano, argentina, y Manuel Picón, uruguayo, que se escuchan en algunas de mis películas.
P.: Sin paso previo como ayudante de dirección o cortometrajista usted hizo un largometraje, “Manuela”, con Charo López, basada en la novela del conde Manuel Halcón, para más una obra fuerte, riesgosa, todavía bajo el franquismo. ¿Cómo fue eso?
G.G.P.: Si, directamente “Manuela”, con 28 años. Un amigo, Pancho Bautista, me propuso como director, y Manuel Pio, hijo de Halcón, muy generosamente aceptó siempre que su padre estuviera de acuerdo. Don Manuel me invitó a comer a su casa para conocerme y hubo un gran momento cuando le dije que estaba haciendo un disco con letras de Octavio Paz, que todavía no era premio Nobel. Su admiración por el poeta mexicano le hizo poner toda su confianza en mí, por el solo hecho de conocerlo y difundirlo. Me dio plena libertad para la adaptación, me aceptó cambios, a petición mía escribió una hermosa carta que no estaba en la novela (escena a cargo de Fernando Rey), y luego apoyó la película, que era muy diferente de la novela. Muy generosos los Halcón. Su nieto Joserra ha sido ayudante de dirección de mis diez últimas películas.
P.: Sus mujeres son fuertes, sensuales, independientes, y a veces están representadas por más de una actriz, como en la última de Buñuel.
G.G.P.: “Ese oscuro objeto de deseo”, película que venero. Él desdobló en dos actrices a una sevillana. Mi “Ainur” es un ser mítico, puede ser un mito de la mujer propiamente dicha, por eso la representé en tres jóvenes. Y la Pepa de “Alegrías de Cádiz” creo que estaba mejor representada por cuatro actrices que le añadían al personaje diferentes cualidades, todas muy de la tierra.
P.: Rodó “Ainur” en Kazajistan, “Chicas en Kerala” y “Diario tamil” en la India, ¿qué lo atrae del mundo oriental?
G.G.P.: Viajé mucho por Asia y creo que hasta allí se desplazará el centro de gravedad del mundo futuro. Tengo un amor especial por la India, país al que viajé 11 veces, solo superado por la Argentina, con 13.
P.: A propósito, y sabiendo que ha desbancado más de una mesa, ¿aprovechará este nuevo viaje para darse una vueltita por el casino de Mar del Plata, o algún otro?
G.G.P.: [Ríe]. Ya los conozco, le dije que he venido muchas veces, pero ésta no preparo ninguna expedición contra ellos. Por otra parte, ya han levantado trincheras contra posibles incursiones pelayas.
P.: Cuénteme de los demás Pelayo que lo acompañan en sus películas. ¿Se siente ya un patriarca?
G.G.P.: Pues sí, con mis 75 años llevo algunos en que me siento un patriarca. Colaboran conmigo, por ejemplo, mis nietas Cristina y Lucía, actrices principales de “Chicas en Kerala”, muchas nietas y sobrinas nietas componen el elenco de “Niñas”, dedicada a mi hija Vanesa, y mi hijo Guzmán actúa en varias (aquí hay una muestra, “Alegrías de Cádiz”, junto a su hermano Óscar). Y luego está mi hermano Javier, productor de todas, actor de muchas, y autor de “Sobre la marcha”, uno de los títulos fuertes de la sección Nueva Picaresca de nuestra editorial Serie Gong.
P.: ¿Está en este ciclo su película más amada?
G.G.P.: Me ocurre con mis películas lo mismo que con mis cinco hijos, no tengo preferencias. Acá verán diez, y me encantaría que en otros ciclos puedan exhibirse las 14 restantes (tres de ellas ya pasaron por el Bafici).