Investigando El Tirol
La hazaña en Viena fue intensa, se batió el récord de ganancias en una noche, pero también fue corta.
Al día siguiente habían cambiado las mesas tal y como cuentan en “La fabulosa historia de Los Pelayos”:
“… Llevábamos los últimos meses preocupados porque íbamos advirtiendo que el tiempo de reacción de los distintos casinos era cada vez más estrecho. La planificación del trabajo ya no era cuestión de hacer rotar a un grupo en un lugar, o incluso a varios en distintos sitios. Últimamente, debíamos estar a la que salta, obligados a preparar varios casinos a la vez para cambiar de uno a otro, y cada vez teníamos más ruletas que analizar en menos tiempo”.
Ahora que teníamos el sistema muchísimo más afinado y que disponíamos de bastante dinero acumulado por las ganancias obtenidas en los dos últimos años, podíamos golpear a los casinos con mucha más fuerza, pero a cambio sabíamos que era bastante más arriesgado, ya que después de una mala racha podían desestabilizar nuestro sistema cambiando las ruletas. Entonces teníamos que volver a empezar.
Cada vez más gastos, más riesgo, y menos tiempo para rentabilizar cada operación, aunque cuando ganábamos, lo hacíamos por todo lo alto…
“… En Viena resultaba que nos estaban esperando como si fuéramos los enanitos del bosque. Guillermo e Iván vieron lo que había y se marcharon, aparentemente tranquilos. Nunca volvimos a jugar allí, ni les dimos remotamente la posibilidad de recuperar los nueve millones de pesetas que les habíamos arrebatado jugando dos días. Espero que sigan riendo…”
Los Pelayos entonces se tomaron un día de descanso para visitar Bratislava, la frontera de Eslovaquia se encuentra a 50 km de Viena y acababa de constituirse como país independiente.
Cuando volvieron a Viena “… Decidimos que Guillermo y Vanessa harían un viaje relámpago por Austria y la parte alemana de Suiza para inspeccionar nuevos casinos. Marcos y Cristian tomarían un avión hacia Copenhague para preparar, junto con mi madre, el desembarco que se avecinaba…”
A Guillermo y Vanessa les acompañaba un amigo que era el que entraba en los casinos del Tirol, no querían hacer saltar las alertas identificándose como Pelayos.
Nos cuentan que fue un viaje maravilloso por las tierras de Mozart y sus bombones en Salzburgo, Innsbruck, el lago Constanza, Graz, todo estaba nevado, un paisaje de recreo, aquellos días fueron más unas vacaciones que una prospección. Pero lo que más les emocionó fue de vuelta por las carreteras al anochecer en busca de un sitio donde cenar, fue descubrir un Burguer King con su Drive Thru, ¡Algo que solo habían visto en las películas!.
Emocionados y dando palmas en el coche decidieron experimentarlo por primera vez, se pararon con el coche delante del micrófono para hacer el pedido, salió una voz “Agendazten for kunweiken” se quedaron petrificados, Guillermo alzó su dedo y le contestó ¡Un momento!, metió primera y derrapando salieron del Burguer King en busca de otra aventura.
Cada vez que lo cuentan… Se tiran de risa.