El cine insurrecto de Gonzalo García Pelayo regresa

Bacifi Argentina Siete Jereles y Tu coño de Gonzalo Gacría-Pelayo

Fuente: https://www.goldenglobes.com

El cine insurrecto de Gonzalo García Pelayo regresa con toda su independencia al BAFICI

@LucianaZylberbergPrensa

A Gonzalo García Pelayo el término de ‘enfant terrible’ de la cultura española le cae como anillo al dedo. Da igual que el padre del rock andaluz, productor de cine y música, escritor, jugador, vividor y, sobre todo, realizador supere los 75 años. La energía física y creativa de este andaluz de sangre, además de su prolífica carrera, con más películas que la filmografía de nombres consagrados del cine español como Luis García Berlanga, desmiente cualquier fecha que diga su partida de nacimiento (Madrid, 25 de junio de 1947). Y si hay algo asegurado con su nombre es la polémica, alguien sin pelos en la lengua en tiempos de corrección política a quien la censura, en lugar de amilanar su marcha solo le da energía para producir y dirigir más que nunca.

Por eso García Pelayo y su cine insurrecto, como le gusta llamarlo, regresa al BAFICI, al Festival Internacional de Cine Independiente que se celebra en Buenos Aires del 19 de abril al 1 de mayo, con dos de sus nuevas películas, tras ser objeto el pasado año de una retrospectiva dedicada a este autor iconoclasta. El amor del realizador es mutuo hacia un país en el que se siente entendido como señaló en esta entrevista telefónica antes de comenzar su viaje.

¿Cómo encaja el término de ‘enfant terrible’ a los 75 años?

Me gusta lo de terrible y me gustaría muchísimo que fuera de verdad ‘enfant’. Pero eso es una ilusión.

Para ilusión, con la que regresa a Argentina, al BAFICI, un país y un festival al que parece sentirse muy unido. ¿Cuáles son sus lazos con este país, la razón de su atracción?

Hace mucho tiempo que fui a Argentina y me gustó tanto que se convirtió en el país que más he visitado de mi vida, en 16 ocasiones con esta. Me he acostumbrado a muchas cosas que me gustan del país. Ahora quiero hacer seis películas en Argentina y en una de ellas quiero expresar mi sentimiento de que, dentro del mundo latino, es el país que tiene más identificación con el concepto de inteligencia con momentos cumbres como (José Luis) Borges o la película Nueve reinas (2000). Quizás por eso, de una manera subliminal, me ha ido atrayendo el país. La palabra fundamental es inteligencia y no es de lo que estamos más sobrados en España.

¿Y con el festival? ¿Cómo compara el BAFICI a otras muestras en las que ha participado?

El BAFICI tiene mucha importancia para mi, sobre todo en el campo del cine independiente. Los argentinos tienen un nivel. Tienen una atención extraordinaria a todas las películas que hemos hecho. Entre las diez mías (de la serie 10 + 1) y las ocho que hemos hecho en Argentina en 12 meses con una compañía que he montado allí con amigos argentinos, fue una maravilla verlas por primera vez en pantalla grande incluso aunque solo estuviera como productor. Es un poco como ser el manager de un artista y verle triunfando en un escenario. Smog en tu corazón (2022), la primera película de Lucía Seles, me descubrió una joya con la que hemos seguido trabajando. Presentamos dos de ella en este BAFICI.

¿Cómo explica su capacidad de trabajo? Hacer diez películas en un año no es algo habitual, una apuesta que piensa repetir esta vez entre España y Argentina. ¿De dónde saca el tiempo?

Tengo plena confianza en el equipo que ha hecho posible mis producciones. No tengo ningún merito ni demerito en que lo que ellos hicieron. Por ejemplo, para mi Lucía Seles es un genio, un creador en la línea de los años 60, a la altura de un (Jean-Luc) Godard. Como director, tiempo tengo el que tenemos todos. Hago lo que hago gastando poco tiempo en cada obra porque las cosas muchas veces, en el cine y en general, se sacan de quicio. La gente tardaba cuatro meses en hacer un disco y yo lo hacía en 15 días. Yo hago mis películas en dos semanas así que con las 52 del año me daría para hacer 26 filmes. Diez me valen y tuve tiempo para descansar y todo. Tengo el mismo tiempo que todo el mundo. Lo que voy es ligerito, metiendo mucho menos tiempo. Hay gente que piensa que eso influye en la calidad y yo pienso lo contrario. Cuando se manosea mucho una cosa, se estropea. Picasso encontraba la obra con cuatro trazos y perdón por la grandilocuencia.

En esta edición presenta dos largometrajes diametralmente opuestos. En alguna ocasión ha dicho que sus películas reflejan diferentes etapas de su vida. ¿Cuáles son esta vez?

Una de las cosas que siempre he querido es que mis películas fueran diferentes para captar sensibilidades diferentes. Lo mejor que he podido escuchar es que mis obras parecen diez operas primas de diez directores diferentes. Un comentario formidable del que me siento muy elogiado. Siete Jereles habla del mundo que yo he vivido en Jerez (España) porque es donde he crecido. Mi familia es jerezana por todos los lados. Es mi visión del mundo del arte del flamenco y la del co autor, Pedro G. Romero. Tu coño es mi visión actual, de una persona ya mayor, de cómo es el misterio del amor y de la atracción sexual en una pareja joven. Revivir lo que he vivido, reflexionar, e intentar transmitir para mi mismo y para el público las obsesiones diarias que tengo con 75 años con respecto al sexo y, fundamentalmente, la atracción.

Siete Jereles (2022)

 

Tu coño (2023)

¿No le pareció arriesgado el tema y el título en la actual cultura de la cancelación?

Yo he estado con un censor a mi lado cortándome Manuela (1976). Ahora, en España nos ponen clasificación X que en la realidad significa meter la película en un cajón porque no hay cines X en los que poder exhibirla. En Madrid se puso en el Museo Reina Sofía donde tuvieron la gentileza de decir que en el museo sí se puede poner cualquier tipo de obra. Pero no se puede exhibir en otra sala. Estamos reclamando la decisión y espero que ganemos. El concepto de pornografía no se adapta a lo que es la película. En Argentina no hay, no hubo, ningún problema. Solo que el ayuntamiento les pidió al BAFICI que pusieran el titulo en inglés porque les parecía muy provocador. No lo hicieron porque los organizadores son muy serios. Le han dado un sitio que otros festivales como Sevilla, Amsterdam o Locarno no le dieron. Se que ha habido comentarios como que la película es machista con un carácter heteropatriarcal muy fuerte. Claro que sí porque soy heteropatriarcal y no lo oculto. Como alguien que dice ‘soy homosexual’ y no pasa nada.

A lo largo de su carrera, su nombre ha estado vinculado tanto a la música, detrás de nombres como los de Luis Eduardo Aute, Quilapayún, Víctor Jara, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés o María Jiménez, como a la literatura o al juego, la historia real detrás del filme Los Pelayos (2012). Etapas igualmente importantes en su vida que parecen haber desembocado ahora por completo en el cine.

Para mi el eje siempre fue el cine. Decidí entrar en la Escuela de Cine con dificultad porque tenía 17 años. Me ingresa Berlanga. Me emociona pensar que llevo más películas que el que fue mi maestro. Siempre he querido hacer cine, pero cuando hago mi primera película ya estoy en el mundo de la música. Las películas no me dan dinero para mi familia y la música, sí. Y el cine me echa cuando (la directora) Pilar Miró me quita una ayuda para una película titulada Rocío y José (1982). No tengo público ni critica, no tengo apoyo de ningún tipo, así que voy a seguir lo que me va bien en la vida.

Cuando unos críticos (algunos de ellos responsables del BAFICI) redescubren algunas películas mías como Vivir en Sevilla (1978) y la colocan entre las mejores películas de la historia yo no me lo podía creer. ¡Entre las 900 mejores de la historia! Entonces decidí que volvía a intentar hacer cine tras 30 años de silencio. He hecho 19 películas desde el 2012.

El eje ha sido el cine porque me he sentido entendido. Estoy en esto por satisfacción personal, porque siempre ha sido el eje de mi vida, al mismo tiempo que otras cosas que me han interesado mucho. Eso no significa que hoy no esté muy pendiente del Ethereum, la segunda de las criptomonedas, porque el juego me puede dar más dinero que el que me da el cine. Y puedo hacer más películas con los 15.000 euros que he ganado con Ethereum. Las cosas se van entremezclando. No dejo el juego ni la música ni los libros. Incluso he sido apoderado de toros. Solo que el tiempo prioritario en mi cabeza está en el cine. Y en el juego porque mi familia sigue viviendo fundamentalmente del juego.

Publicado en: 20/04/20238,1 min. de lectura1629 palabrasCategorías: Cine Argentina, Entrevistas

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