Formidable impacto del estreno de esta película en Madrid The urgency of death

Cartel de Urgency of death de Lucía Seles

Formidable impacto del estreno de esta película en Madrid.

Emilio Porta:

Proyección y coloquio posterior, con Javier e Iván García Pelayo, que disertaron sobre elementos de la película y de Seles que suscitaron el interés de los asistentes, que, prácticamente, llenaron la no pequeña sala de proyección. La pelicula, no sé si la mejor, porque, personalmente, a mí todas me parecen extraordinarias, pero, sin duda, la que contiene una secuencia final absolutamente fuera de serie, posiblemente de las diez mejores secuencias de la Historia del cine mundial, no exagero.

Y eso que entre esas diez incluiría otra secuencia de Seles, la de la subida de Luján (Gabriela Ditisheim) en el ocaso de la tarde bonaerense, en ese telesilla, pensando en lo concreto y lo infinito, que, los que conocen el cine de Seles, tendrán grabada en la memoria.

Sin hacer spoiler para los que todavía no hayan visto «The urgency of death«, es un plano secuencia de dieciseis minutos, una excepción en el cine de Seles en el que el montaje de imágenes sobre imágenes, con planos cortos, medios y largos superpuestos a un ritmo, a veces frenético y otras más pausado (como en sus travellings y barridos de mirada al exterior mientras el off y sus textos en su particular idioma acentúan la visión) repito, un plano secuencia sobre su paseo, carrera y vuelta a paseo, alternados, inverosímil, mágico, brutal de profundidad y significado emocional y de pensamiento, con un montaje sonoro fuera de lo común, absolutamente original y extraordinario, alternando, a su vez, silencios y pasodobles entrecortados, pero consiguiendo una continuidad que nos deja clavados en la butaca, al tiempo que la mente vuela.

En fin, qué barbaridad, qué absoluta barbaridad de secuencia, de travelling continuado, de cine personal, pero de trascendencia universal. Luego, la película tiene detalles donde combina seriedad y humor, confiterías y estaciones de autobuses, tan del gusto de Seles, conversaciones de la familia protagonista, gallegos de Lugo, je, je, que protagonizan Gonzalo, Javier e Iván, y se esfuerzan mucho en repetir lo de Lugo, porque, como todos saben, a los españoles de Argentina se les conoce como «gallegos», aunque al espectador, je, je, le costará encontrar las raíces y realidad del acento.

A destacar también alguna otra secuencia más corta, como la conversación de Javier García Pelayo con Pablo Ragoni, espléndidos los dos, que, además de tener mucha gracia siendo muy seria, nos deja en shock por el contenido «¿Me vas a presentar?» «Yo lo que querría es despresentarte» (qué genialidad). Shock humorístico aunque traumático para el personaje que interpreta Ragoni. Nunca a una decepción se le ha sacado tanto y divertido partido. Inolvidable.

En fin, celebración y canalización de la alegría, la tristeza, la ilusión, la memoria, la vida. La vida es… sí, la vida es… y, en esta película, lo es en variadas dimensiones.

Gracias Emilio, se ve que eres crítico de cine, además de escritor y poeta.

Publicado en: 20/06/20242,7 min. de lectura531 palabrasCategorías: Cine Argentina, Críticas

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