El Mundo sobre Gonzalo García-Pelayo

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‘Maldito’ Gonzalo (otra vez censurado): “Mi cine es heteropatriarcal”

JULIO VALDEÓN @JulioValdeon

Cine, sexo, juego, música y censura

Actualizado

Un hombre a contracorriente: le ‘cortaron’ cuando desnudó a Charo López en la última película censurada por Franco, y ahora le vuelve a ocurrir con ‘Tu coño’. “En el cine español todo es políticamente correcto”

Escena de Tu coño con Gonzalo García-Pelayo

A punto de estrenar en Argentina Tu coño, una de las 10 películas que rodó en 2022, Gonzalo García Pelayo (Madrid, 1947) cita a Crónica en una horchatería de la calle Alcalá. En 6 horas cogerá un avión a Buenos Aires. Siempre a la contra, su último choque con el poder ha sido con Tu coño, seleccionada para el festival Bafici de Buenos Aires y, al mismo tiempo, clasificada como pornográfica por el Ministerio en España.

A sus 79 años, el hombre que produjo a Carlos Cano, María Jiménez, Lole y Manuel, Labordeta, Triana o Amancio Prada, introductor en España de Víctor Jara y Quilapayún, pionero de la radio, con programas como Para vosotros jóvenes en RNE, fundador de la emisora Popular FM, liquidador de ruletas en casinos de todo el mundo, donde a él y a los suyos, el clan de ‘los Pelayos’, les cerraron las puertas tras patentar un sistema estadístico para arrasar en la ruleta, sigue tocando las narices de los curas a izquierda y derecha.

La primera película de Gonzalo García Pelayo, ‘Manuela, estrenada en 1976, fue también la primera producción andaluza de la historia y la última cinta española en sufrir la tijera del censor franquista. ¿Esperaba sufrir algo similar, en este caso recibir la clasificación X por ‘Tu coño’, medio siglo más tarde? «No habíamos presentado la película al Ministerio», explica, «hasta hace unas semanas, porque nos aseguraron que la nueva ley eliminaría la X. No fue así y nos la han endosado».

A tiempo de ser el último caído de esa guerra.
Ojalá que no. Ojalá no morir en el último tiroteo. La verdad es que la calificación te obliga a estrenar en salas X, y claro, ya no existen, con lo que ya no puedes estrenar, y al mismo tiempo limita mucho exhibir en festivales…
Pues vaya
Nos meterían en el cajón. Y sin derecho a recortes fiscales. Tenemos a gente de Derecho Constitucional, entre otros Ana Valero, que está haciendo el recurso, una constitucionalista prestigiosa y autora de un libro sobre pornografía.
Estrenaron ‘Tu coño’ en el Reina Sofía. No parece que sea porno convencional. Porno, ya sabe, ese género fuente de todo mal.
Ya, explotación…
Explotación y machismo. Y de fomento a la violencia.
Mi película no incita a la violencia contra las mujeres. La gente que dice esas cosas sobre el sexo en la pantalla no representa ni al 10% de los españoles. Tampoco creo que haya millones de personas que estén de acuerdo con el planteamiento de ‘Tu coño’, con los protagonistas todo el tiempo desnudos, pero en la película hay otras cosas. Empezando porque todo es ficticio. Los diálogos son leídos. Todo es una representación.
Menos el sexo.
Que es real.
¿Habría sido posible rodar hoy ‘El último tango en París’ o ‘El imperio de los sentidos’?
¡Pero si incluso ven mal a Picasso! También dicen que la película es heteropatriarcal.
¡’Vade retro’!
Seguramente mi cine lo sea. En la línea de mis grandes maestros, ¿eh? Como Bach, John Ford o Picasso.

«Tuvimos algunos problemas con ‘Manuela’», recuerda García Pelayo. «concretamente con los desnudos del personaje de Purita, con el censor sentado a mi lado, haciendo comentarios paternalistas, sugerencias, dándoselas de entendido de cine que quiere rebajar los ímpetus juveniles».

«Esto es un poco mi segunda oficina», comenta Gonzalo, abarcando con la mirada la horchatería donde atiende, la melena blanca encendida y la camisa, gruesa, ligeramente exótica bajo el sol de plomo de la tarde madrileña. Decíamos antes que en 2022 rodó nada menos que 10 películas. El número apabulla, mucho más todavía tratándose de un octogenario. «Son unas películas humildes», zanja, sin ganas de dejarse adular ni permitirse lisonjas, «son largometrajes, pero cortos, y han tenido buena acogida por parte de Documenta y del Reina Sofía, ya veremos si son buenas. Un amigo me comentaba que parecen 10 óperas primas de 10 directores diferentes. Qué maravilla. Yo a mis amigos les digo que me conformo con que les gusten dos o tres de 10. Sería un éxito. Rara vez en un mismo festival veo dos o tres que me gusten».

Desde luego el cine de este hombre, al igual que antes su música, su apuesta por el cante jondo y las rancheras flamencas de María Jiménez o Bambino, sigue al margen del ‘mainstream’. Pero García Pelayo no va de rebelde sin causa ni animal de penumbra, maldito por vocación o historia. Él quiere lo que todos, apoyo para sus aventuras, parné para financiar sus visiones. Pero no está dispuesto a negociar con sus principios ni a mercadear con sus intenciones. Las cosas son a su manera o no son. De ahí que su películas, libérrimas e inclasificables, sean reactivas al pastoreo ministerial.

escena de Manuela de Gonzalo García-pelayo

«¡Pero yo también quiero apoyo!», exclama, «mi ilusión, después de 24 largometrajes, es ver si puedo hacer cine con dinero oficial». ¿Nunca lo ha conseguido? «Casi nunca. En este ciclo hubo una, ‘Alma quebrada’, que tuvo apoyo. Una». ¿Cómo paga entonces las películas? «Con lo que sacamos invirtiendo en criptomonedas y en el juego ‘online’».

Minutos antes ha consultado en el teléfono el precio de unas criptomonedas. Su equipo no ha comprado a tiempo. O no ha vendido. Cuesta entender la lógica del negocio. Pero no a García Pelayo, capaz de emocionarse con los cantes más rancios de Jerez o discutir con enjundia sobre Truffaut y, al instante, elucubrar sobre una operación bursátil.

¿Qué le parecen los proyectos cinematográficos que sí reciben subvenciones del Ministerio de Cultura?
En el cine español todo es políticamente correcto. Nada ni nadie se sale del cauce
¿Y en el suyo?
Pues supongo que algo más, aunque tampoco es que yo tenga especial interés por ser incorrecto. Hay cosas que me gustaban, que siguen gustándome, y que ya no se llevan, con lo que de pronto me veo a la contra. Pero no tiene mérito. Yo sigo en mi sitio, donde Por Julio Valdeón solía, sin más interés de estar dentro o fuera.
¿Todavía le apasiona la tauromaquia?
Sí. Yo hice la transmisión, con Zabala y con José María García, de la retirada de Antoñete de Madrid. Todos mis amigos progres eran taurinos
¿Molesta su productividad?
Significa que se puede rodar 33 veces más rápido que la media. Quizá voy más rápido de lo normal. O ellos van claramente más rápido de lo que necesitan. Y luego confío mucho en mi equipo, para empezar en el montador, algo impensable en nuestro cine
escena de Tu coño con claqueta

Viaja García Pelayo a Buenos Aires buscando un público cómplice. Quizá también «algo más de benevolencia que en España, un país en el que hay tres cosas que nunca entraron». ¿Cuáles? «El cine moderno, empezando por Godard y Antonioni… y, por supuesto, Buñuel y Picasso. Ni Buñuel ni Picasso han gustado aquí nunca. En el cine no pasan de Hitchcock, se han quedado en Casablanca y en Hitchcock».

Es fama que Gonzalo García Pelayo achaca al naufragio del cine underground español, abanderado por autores como Iván Zulueta o él mismo, a las clasificaciones S y X, patentadas por la entonces directora General de Cinematografía, Pilar Miró. Al tiempo que patentaba un, digamos, cine marca España, la acusa de destruir cualquier posibilidad de cabalgar al margen. «Con la excusa de dar más libertades puso en pie una ley muy represiva».

Carteles de Manuela y Tu coño de Gonzalo Garcia Pelayo
¿Ya le han dicho que el punto de vista de Tu coño es muy masculino?
Pero es que lo es. ¿Y por qué no lo hace usted con un punto de vista femenino? Pues porque soy un hombre. Tampoco tengo punto de vista sobre la guerra de Sudán, aunque me gustaría. Por eso tampoco empleo un punto de vista femenino. Encantado de que otros lo hagan, pero esto es mi expresión personal, y no tiene mucho más misterio.
La música juega un papel fundamental, tanto en estas películas como en el resto de su trayectoria…
Nadie ha averiguado todavía quién es el autor de la música que suena en Tu coño. Es música barroca, claro… Bueno, voy a claudicar, es Bach. Toda la película está inundada de las partes instrumentales de sus cantatas, las menos conocidas. Pero sólo lo instrumental, porque no quería que pareciera sacrílego. Y esa misma música sonaba durante el rodaje, para que el ambiente del plató cogiera su espíritu. Follar y Bach. Follar y Bach. Y luego la hemos sincronizado.
Una curiosidad, ¿qué ciclo discográfico?
El de los dos grandes, la histórica, de Harnoncourt y Leonhardt. Y hay efectos sorprendentes, hay momentos en que él la masturba al ritmo de la cantata. Y eso, para mí, tiene algo que, aunque respeto el cine porno, lo trasciende. Y ojo, que en ese tipo de cine hay momentos, hay flashes impresionantes, con mucho más nivel artístico del que supone la sociedad, cuando de pronto se escapa la persona del personaje, se quita la máscara. Es lo que yo siempre espero en mis películas. Es algo que ya buscaba con Manuela, que desapareciera ella y apareciera Charo López.
Imagino que para los actores de Tu coño, profesionales del porno, este rodaje habrá sido toda una experiencia.
No creas que mucho. No les impresiona demasiado, no le dan mayor importancia. Y eso me gusta. Me gusta que no se dejen influir por la tontería del artisteo, que mantengan esa enorme pureza, ese grado de ingenuidad y primitivismo.
Algo común, por ejemplo, al flamenco. El otro día entrevisté en Jerez a José de los Camarones, el cantaor, que sale en otra de las películas de tu ciclo, en Siete jereles, y conserva eso
Siempre digo que entre los flamencos están acabándose ya los últimos hombres de las cavernas, a ver, con mucha más cultura y finura, pero con unos elementos fascinantes, casi perdidos en nuestros días. ¿Hay que conservar eso? Bueno, yo quiero disfrutarlo mientras dure.
¿Ese flamenco muere?
-Sin duda. Agujetas era un hombre de las cavernas. Igual que Manolito de María, que vivía literalmente en una cueva. Me gusta mucho ese concepto. Y en cuestión de sexos seguimos en las cavernas, seguimos la fuerza surreal que tiene, porque nos gustan unas cosas y no otras, porque cambiamos de gustos, es algo que tiene mucha más fuerza que nuestro propio pensamiento. Pues eso lo captura el cante jondo, que evoca emociones telúricas y sintoniza y despierta sentimientos escondidos.
Publicado en: 01/05/20239,8 min. de lectura1924 palabrasCategorías: Cine, Críticas, Prensa

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