Tiene un lenguaje y un mensaje propio, único e irrepetible
30.05.2016
Escribe Orlando D Drago:
Hay cineastas que son un género en si mismo. Gonzalo Garcia Pelayo es uno de ellos. Todo es de color es una experiencia que no puedes dejar pasar.
Ir a ver una película de Gonzalo Garcia Pelayo me recuerda a cuando era pequeño y abría una lata de galletas de la que dudaba si era lo que parecía o si acababa siendo un costurero. Aunque con él es mucho mejor. Ya que en sus películas, como en una feliz caja de Schrödinger, suelen haber galletas, botones, agujas e hilos al mismo tiempo y en el mismo espacio… y todo es de color.
El cine de GGP no es como la mayoría del cine español: mimético y predecible. En su cine hay magia. Tiene un lenguaje y un mensaje propio, único e irrepetible. Más que acercar su obra al cine convencional tendríamos que entenderla como piezas de un artista contemporáneo que ha elegido este medio como vehículo de expresión. Es muy significativo ver como a pesar de tener una decena de largometrajes creados, sólo sean suyos un guión y medio, pero todas sus películas son indudablemente suyas.
Tuve la suerte de ver su última obra el pasado día 19 de mayo. Y sucedieron dos curiosas sincronías.
Por un lado coincidía que era justo el primer aniversario de la muerte de Manuel Molina, autor de la letra de Todo es de color. Esto, no lo sé, pudo estar previsto. Pero por otro lado, y esto era totalmente imprevisible, ese mismo día moría Alexander Astruc, cineasta francés que en 1948 propuso la teoría de la caméra-stylo (cámara estilográfica, o cámara bolígrafo que diríamos ahora). Sólo un año antes había nacido GPP, y creo que no ha habido hasta ahora otro autor que ha creado de forma más precisa su obra en torno a este concepto. Porque GGP maneja la cámara como un escritor maneja su pluma, un dibujante su lápiz o un pintor su pincel, Con una libertad total y absoluta. Dejándose invadir por el azar. Si algo puede incorporarlo al guion lo introduce. Así, sin más. Su límite lo impone la realidad, él sólo es un observador atento, es el niño del traje del Emperador que nos señala con el dedo. Esa misma varianza de la que trataba de huir en el juego es ahora como cineasta su más querida aliada en su obra. Y eso hace que tanto la creación de su obra, como su visión por parte del espectador, sea un espectáculo imprevisto en si mismo. El cine de GGP no es para verlo de forma pasiva. Es un potencial happening que completamos los espectadores con nuestra mirada y nuestro asombro ante sus sorpresas.
GGP usa el cine reinventando las normas y las formas, o se las apropia reciclándolas en algo nuevo. No es esclavo de amaneramientos estilísticos ni de géneros, pero no deja de usarlos. Ya que aunque hay cineastas que son el referente de un estilo, Gonzalo García Pelayo se ha inventado el suyo propio. Él es su propio género. Si no has visto una de sus películas o no lo has hecho en un cine ahora es el mejor momento para hacerlo. Todo es de color reúne lo mejor de su obra. Y creo que es el sleeper del año. Y no digo nada más. ¿Que no he contado nada de la película? No, y no lo hago para que vayas a verla como un espectador activo en la comunión de una sala de cine. Esta película merece esa liturgia.
Orlando es director, guioinista, blogger:
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