Salíamos para Asia, habíamos rodado “Salón de uñas”
Salíamos para Asia, habíamos rodado “Salón de uñas” y sin revisar nada, se la dejamos a Ramiro Sonzini para que la montara íntegramente.
No llevaría música, sólo el orden de las ocho largas secuencias y la trama, esta película es de las que tienen trama. Ayer me llegó (junto a la nueva de Seles) y la acabo de ver.
Nunca me había ocurrido parecerme estar viendo una película mía de la que no recuerdo muchas partes, no recuerdo muchos diálogos, no siempre se lo que viene, en fin que estoy casi viendo una película de otro. Extrañísima sensación. Resulta que muchas veces estaba lejos de los actores, solo sigo la imagen de una de las dos cámaras por una tablet, sin sonido, luego me dicen, cámaras y actores, que todo ha estado bien, por supuesto los creo, no reviso, tira p´alante que hay que rodar diez (si no es así no se hacen diez en un año). Todo suena mal. Además, no aparezco ni diez segundos por el montaje.
Casi no es mía, qué guión, qué diálogos, qué actores (que no dirijo, prácticamente nunca lo hago), qué montaje, qué gracia, que sutiliza.
¿Quién está en el tronco central de esta obra maestra? Pablo Ragoni, que no actúa, se ocupó de la parte central del guión, de los tonos, supongo que de muchos diálogos aunque aquí creo que la pareja protagonista, Laura Nevole y Martín Alętta tienen mucho que ver con lo que hablan, todo lo hicieron a una sola toma, así como los secundarios Federico Ponce, Juan Vidal e Ignacio Sánchez Mestre creo que prepararon los suyos.
No se, tendré que esperar a ver completos los créditos del film para tener una idea aproximada de la autoría, de la que sólo me atribuyo una pequeña parte.
¿Que me guste tanto una película casi mía tiene que ver quizás con un reblandecimiento provocado por la edad avanzada? Lelo ? No sé, no sé, pero cómo me alegra este ¡Salón de uñas!