La Vida Sublime

09.04.2015

Querido Alvaro:
Vengo de ver “La vida sublime” en la Filmoteca de Madrid (la repetirán el día 18 de Abril). Aunque ya la había visto en el vídeo que me regalaste, en pantalla grande la he disfrutado mucho más. La primera parte con los largos planos sobre la tierra de Campos, que tu me señalaste entonces, me han parecido más hermosos y definitivos (pensaba en ellos la semana pasada cuando viajé a Palencia), sobre todo la gran panorámica que acaba con Víctor oteando el amplio horizonte. También disfruté más con la charla que acaba diciendo que en Castilla sólo se cree en las cosas que son eternas. ¡Qué arte! Y con tus campos ondulados de trigo que parecen mares. El cine estaba con bastante gente que rieron cuando el parrafazo sobre las maravillas de Sevilla, ciudad santa, y el Guadalquivir (el Ganges del mundo). No se si rieron porque les pareció exagerado pero yo volví a disfrutarlo mucho. Desde luego cuando entró Silvio no pude dejar de pensar en “Vivir en Sevilla” y sabes que curiosamente y por pura casualidad tengo rodado y montado en “Copla” un plano del embarcadero del río, donde ellos están charlando todo el tiempo. La gran secuencia de la charla sobre el anarquismo que está en internet también meneó la sala (no es lo mismo ver una película con gente que tú a solas). Cumbre de toda la narración con esa manera de hablar y esa gracia del amigo de Víctor. Ya en Cádiz la sorpresa que después de haber visto la película de Daniel por primera vez rodé un plano casi idéntico a uno de los suyos de una torre típica en el principio de “Alegrías de Cádiz”, desde la torre de Tavira, claro. Víctor está sensacional en toda esta parte, guapo, atractivo, con una gran presencia. Tengo que pensar en él en alguna próxima película. Lo digo siempre y luego no lo hago. Me resultó muy poeta-en-Nueva-York el texto que me contaste que escribió el propio Víctor, me desconcertó un poco oir a Chabuca Granda en Cádiz y me alegró ver nombres como los de Alfonso o Paco en los agradecimientos finales. Aplaudimos mucho al final de la película que me llenó de fascinación (y nostalgia) durante todo su metraje. Ahora estoy más débil y me llegan más casi todas las cosas.
Si me notas el tono un poco envarado es porque quiero publicar mañana este email en facebook (si no me dices que no lo haga) y quizás piense demasiado en ello.
Un abrazo, y cuéntale cuando puedas a Daniel este pase de su película en Madrid.