Corridas de alegría (1982)

Gonzalo García-Pelayo

Película dirigida por Gonzalo García Pelayo y protagonizada por Miguel Ángel Iglesias y Javier García Pelayo. Miguel, un preso fugado de la cárcel a dos meses de cumplir su condena, sólo piensa en vengarse y en encontrar a su amada Diana. Lía a Javier, un trilero dicharachero con un descapotable-cafetera, para que le acompañe en un viaje por Andalucía tras la pista de la doncella desaparecida. Por el camino, una sarta de encuentros inclasificables y personajes a cada cuál más descabellado.

Cartel de Corridas de alegría de Gonzalo Garcia-Pelayo

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Duración: 72 min
Dirigida por Gonzalo García Pelayo
Producida por Andrés Vicente Gómez
Guión de Miguel Ángel Iglesias y Romualdo Molina
Intérpretes: Miguel Ángel Iglesias, Javier García Pelayo,
Paula Molina, Isabel Pisano, Carla Antonelli, El Gran Simón, Chari Moreno, Silvio
Música: Alameda, Ricardo Yunque etc.
Fotografía de Roberto Ochoa.

El Diario.es Ruido y silencio. «Todo es de color».

By Montero Glez. ABril 05, 2024

Estos días de cuaresma en los que la gente de bien recibe a Dios, he trasgredido las formas y me he pasado los días leyendo la primera parte de las memorias de Javier García-Pelayo editadas por Gong con el título Sobre la marcha, una continua fiesta de peripecia.

Siempre se me ha reprochado la simpatía que siento hacia la gente de mal vivir, hacia la gente del bronce. No lo puedo evitar. Prefiero leer las memorias de un presidiario que ponerme con  Marcel Proust; qué quieren que les diga.

En ese plan, aborrezco la pedantería de algunos escritores que se pasan el tiempo rebañando la basura intelectual de su ombligo, intentando encontrar significados subyacentes en cualquier expresión artística. Si algo me interesa de Moby Dick, ese algo es lo que le sucede a Ismael; no sé si me explico.

Por eso, estos días de cuaresma en los que la gente de bien recibe a Dios, he trasgredido las formas y me he pasado los días leyendo la primera parte de las memorias de Javier García-Pelayo editadas por Gong con el título Sobre la marcha, una continua fiesta de peripecias y de cambio de escenas, secuencias alteradas por la buena música de los Smash y de Lole y Manuel pasando por Manzanita, cuya suegra apareció en un plató de televisión con un cuchillo jamonero. “¡Corre, Javier, corre! -gritaba Manzanita alterado-¡Al coche, al coche! ¡Al coche, al coche, que me matan!”

La familia de su mujer lo había condenado a muerte por abandono del hogar. Manzanita se había ido con otra y se montó un lío gordo. Estas son las cosas que cuenta Javier en unas memorias que vienen a ser lo más parecido a un repaso histórico desde los tiempos del desarrollismo y de las bases americanas, hasta finales de los ochenta donde acaba esta primera parte.

Me ha divertido, es más, lo he leído con gusto, pues, en buena medida yo he crecido escuchando a los artistas que Javier García-Pelayo ha movido. La lista es larga, Moncho Alpuente con el Piera y con Las madres del cordero que fueron nuestra versión hispana de las Mothers of Invention de Zappa, pero en bajo presupuesto, seguido de los tripis, el vino de Jerez que abre los esfínteres, los canutos que vendían ya liados en Sevilla -a 15 pesetas- y la gena que le colaron en su viaje al moro;

Merece un aparte la historia del grupo Triana, que se llamó así porque son de Triana, al igual que los Chicago se llaman así por ser de Chicago. Bien mirado, no se comieron mucho el coco que digamos. Pero lo más estimulante es que hubo un intento de incorporar a Manuel Molina -de Lole y Manuel- al grupo, aunque no cuajó. Lo que si salió de allí fue una canción que se tituló Todo es de color que la firmaron ambos y que formaría parte del primer disco de cada uno. Una canción hippie que define muy bien aquellos tiempos. Imagino lo que hubiese sido aquello de haber conectado Manuel Molina con los Triana; una juerga de guitarras de palo y teclado psicodélico con el rajo gitano de la voz de Manuel.

Por todo esto, las memorias de Javier García-Pelayo son un no parar de correrías, lances y  aventuras; una vida plena, vivida a tope, bien jugada a veces, y otras tantas veces bienvenida; la historia de Javier y de su numerosa familia, los García-Pelayo, es una historia de risas y de mucha caña, tanto que a mí se me ponen los dientes largos con sus divertidos episodios. Quiero que los Pelayo me adopten. A ver si, dicho así, públicamente, lo consigo.

Estrella Millán Sanjuán Facebook 22 de julio de 2023

CORRIDAS DE ALEGRÍA (1982). Gonzalo Garcia Pelayo.

Ayer pusieron esta película en «Historia de nuestro cine», en La 2.
Segunda vez que la veo apreciando más su valor. El título no le hace justicia en absoluto y me enteré hace unos días por Javier García-Pelayo (coprotagonista) de que ése no era el que se había pensado, pero que la producción cambió.

«Sobre la marcha» alude más profundamente a esta aventura, embebida en humor y descaro, pero con poso existencialista e incertidumbre y zozobra vital constantes.

Historia con caparazón de road movie loca y alma de clásico de film noir deconstruido, con sabor al fatalismo y ambientes marginales de los bajos fondos del Polar francés setentero -siendo Gonzalo un amante del cine clásico, destacable la escena final con travellings y con estupenda fotografía nocturna y ambiente portuario- fusionado con el americano representado por ese descapotable venido a menos, seguramente robado en las proximidades de la base de Morón.
La pareja se conoce por azar, se reconocen al instante al ser almas vagabundas, libres, sin miedo, con ganas de quemar el último cartucho permanentemente. Perdedores que comparten coche, los Rinconente y Cortadillo del s.XX, en una España en que la picaresca toma la forma de reírse de todo, de gozar, robar, ridiculizar a la Guardia Civil, pero también de saber frustrar un atraco cuando al que robas no tiene más que tú.
Cine hecho en libertad, desobediente, con diálogos simpáticos y nada políticamente correctos donde escuchamos con naturalidad «gorda, tetona, calvo…», sin escandalizarnos. Con sexo, mucho sexo, amor libre, que le valió estrenarse en esas salas extintas «S» que recuerdo de pequeña. Con desenfado, jolgorio, vitalidad, buena música, tomas aéreas que tanto le gustan a Gonzalo, personajes pintorescos y el amor. Elementos que me son tan cercanos, que definen a su cine desde sus inicios y que retomaría treinta años después de un largo silencio en su última y fértil etapa.
Dos gánsteres de medio pelo, noir en carreteras y localizaciones gaditanas que conozco; desencanto de una generación sobre ruedas con paradas y relaciones que van conduciendo la historia hacia el fatalismo, en las que la búsqueda continua de la cantante Diana por amor adquiere forma de utopía, de esperanza entre escombros que dé sentido a vivir.

El gran García Pelayo

Marcos Ordóñez, El País Cultura 1. Nov. 2012

“…Cuatro años después llegó el verano con Corridas de alegría (1982), una de las películas más libres, gozosas y desabrochadas del cine español. No era un buen título: parece que Andrés Vicente Gómez se emperró. Hay corridas y hay alegría, pero era infinitamente mejor el que le habían puesto Gonzalo y Javier: Sobre la marcha. Premisa: un trilero sin suerte (Javier GP) y un tipo que acaba de fugarse de la cárcel (Miguel Ángel Iglesias) para quemar todos los clubs del gángster que le envió al maco, se convierten en los sosias sevillanos de Kerouac y Dean Moriarty, recogen a una dama jaranera (Isabel Pisano) y se lanzan a la carretera dispuestos a pasárselo bomba. Una road movie con guion, pero abierta a todo lo que se encontraran por el camino. Y lo que se van encontrando supera cualquier previsión del espectador.”

Fotogramas

Crítica de Fotogramas

Un título maldito -que en su momento fue relegado a las salas especializadas en cine “S”- que constituye una auténtica gozada para los escasos elegidos que han podido degustarlo y lo han incorporado a sus cultos privados. Al estilo de la más tradicional “road movie”, propone un viaje por una Andalucía colorista pero escasamente tópica a cargo de dos perdedores natos con una misión a cumplir. Unos diálogos delirantes y la naturalidad con que desarrolla una historia casi imposible la convierten en una rareza irrepetible.

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Corridas de Alegría

Por José Luis Guarner 27.10.1982

Jose Luis Guarner Corridas de Alegría

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Garcia Pelayo y la generacion del 68

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UN SUEÑO LOCO.

Andrés Vicente Gómez

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García-Pelayo estrena ‘Corridas de alegría’, una ‘película lumpen’

EL PAÍS 3 ABR 1982

El País Gonzalo García-Pelayo Corridas de alegría

Aquí vale todo

CORRIDAS DE ALEGRÍA

17 de abril de 2012

Viennale

CORRIDAS DE ALEGRÍA

JOYRIDES
GONZALO GARCÍA PELAYO (SPAIN 1982)

Corridas de alegría
Corridas de alegría (Setenil)